martes, 28 de octubre de 2008

Después de que -gentilmente- me patearon y me vi sumida en la depresión, juré que, de un día para otro, iba a despertar una mañana decidida a salir del pozo, olvidarme de ella, sacar las canciones tristes del pendrive, raparme, cambiar y seguir adelante.
Pero no pasó así.
Todo fue tan... paulatino (esa es exactamente la palabra).
Las cosas pasaron de a poco. Primero, tuve que decidirme a dejar de sufrir. Después, despegarme de su lado (eso fue lo más difícil). Y lo demás fue pasando solo: cambié mi actitud ante la vida, comencé a pasarlo bien de nuevo, cambié la música del pendrive y recién ahora me corté el pelo.
Hace unos días fui donde una amiga a la que quiero mucho, a pesar de que a veces me traumatiza tanto su forma de ser que huyo de ella. Cantamos muchas canciones cebolla, rumiando nuestros respectivos abandonos y formando un club de odio contra la U. de Santiago, ese hermoso lugar donde nuestros ex disfrutan de una plena vida amorosa... sin nosotras xD.
Así que cantamos esta perfecta canción pop de una mexicanita desaparecida con muy mala voz, que en un momento nos identificó bastante.

Era tu voz un tibio rumor,
si las cosas no marchaban,
bastaba oír tus palabras.
Me tiene mal eso de extrañar
el dulce cuento de hadas,
y siempre lloro por nada.
Fue en el penúltimo café,
mientras hablábamos de amor
o en aquel beso en el andén
que dejé mi corazón, mi corazón.
Fue en un vuelo de pájaros
o en la fosforecente luz
de tus ojos arándano,
que dejé mi corazón,
mi corazón perdido.
Te extraño, te extraño,
te llevaste con tu adiós
mi corazón perdido
te extraño, te extraño,
te llevaste con tu adiós...
Recuerdo bien cada atardecer,
nos daba por ver estrellas;
la vida era perfecta.
Me tiene mal eso de extrañar
tus labios color ciruela
duele aunque no lo quisiera.
Fue en el penúltimo café,
mientras hablábamos de amor
o en aquel beso en el andén
que dejé mi corazón, mi corazón.
Fue en un vuelo de pájaros
o en la fosforecente luz
de tus ojos arándano,
que dejé mi corazón,
mi corazón perdido.
Te extraño, te extraño,
te llevaste con tu adiós
mi corazón perdido
te extraño, te extraño,
te llevaste con tu adiós...

domingo, 26 de octubre de 2008

Si algún día tú te vas, a mí me da igual
si algún día yo me voy, tú te morirás

Leyendo por aquí y por allá, me di cuenta que en verdad hiciste nada.

lunes, 20 de octubre de 2008

Hmmmmm!!!!!!!!
Escribir el post anterior fue un verdadero alivio-desahogo con la vida.
A vivir con la pena se aprende y durante este tiempo también he aprendido que en mi vida hay tantas cosas bonitas por las que agradecer (y tantas otras por las que preoocuparme =/) que en verdad no vale la pena quedarme pegada en lo que me pone triste.
Así que seguiré en lo mío, masacrándome de tanto estudio para que, si no lo logro, pueda tener la certeza de que di todo y no pasó por mí.

domingo, 19 de octubre de 2008

Y te desapareciste, querida ex...
No me has dejado más comentarios psicópatas.
Supongo que el asunto es que tengo que olvidarme de ti. Porque, por lo menos en esta vida (y seguramente en otras tampoco), tú no vas a estar conmigo. Y, si existiera una remotísima posibilidad de que volvieras a mi lado, este no es el momento ni el lugar... tendrías que estar soltera, sin amar a nadie y encontrarnos en Montevideo.
Pero si estás enamorada de alguien más...
El punto o los puntos son:
No puedes partir una conversación preguntándome cómo he estado. Necesitaría un día entero para contarte TODO lo que me ha pasado durante este tiempo.
Y no puedes responder ante mi "deseo que regreses porque me has extrañado demasiado y quieres comenzar de nuevo" con un "pero sí te he extrañado demasiado". No puedes hacer eso como si tuviera que ponerme feliz con el 50% de lo que me hace falta. Ya no quiero más premios de consuelo, no quiero las migajas de tu amor.
Yo te amo. Te amo mucho y lo suficiente para desear de todo corazón que seas feliz con la persona que estés. Mas me amo también a mí misma como para evitarme el sufrimiento de asistir a ver la película donde le entregas a otro todo lo que alguna vez fue mío.
Sé que no saco nada arrancándome el corazón para tirarlo en la puerta de tu casa, pues eso sólo me causaría más dolor y a ti te haría pasar un mal rato. Como dice ese mesías de las señoras mayores y pseudo marginales, "yo te debo tanto, tanto amor que ahora, te regalo mi resignación".
Debí haber terminado contigo cuando pude, cuando quise. Cuando estaba enamorada, pero no tanto como llegaría estarlo después. Debí haber terminado cuando ya sospechaba que esto iba a terminar dañándome a mí.
Ya no lo hice, ya no fue, ahora tengo que olvidarte.
¿Has visto la Zona de Combate en MTV? ¿Conoces a los pequeños y emocionales Toke Rosa? ¿Has escuchado su canción "Lo siento"?

Amor, ya no
quiero estar cerca de ti.
Quiero mirarte a los ojos
y sentir que puedo,
que no te necesito
y que ya no me muero
ya no me muero
por ti.

Eso siento yo.

A veces quiero que vuelvas a ser lo que eras antes de conocerte: nada.
Rompiste con tu partida mi corazón, mi cuerpo y mi mente. Me dejaste sola, me quitaste todo lo que conocía. Sí, porque todo lo que tenía, te lo di. Todo lo que amaba, lo compartí contigo. De todo lo que temía, te pedi que me protegieras. No quedó rincón en mi vida donde no estuvieras tú. Hasta destruiste mi cursi e idiota castillo de cristal donde atesoraba nuestro cuento de hadas, haciendo mi dolor infinitamente más tangible. Claro que eso fue error mío. Debí haber dejado algún espacio para mí (y es un error que no cometeré cuando vuelva a emparejarme).
Por otro lado, yo también te extraño.
Y existe un ser que me tiene completamente loca.
Tiene que existir él y más, muchos más. Para poder dejar de pensar en ti. Para poder dejar de añorar tus besos, tus mimos, tu piel, tu voz, tu delicadeza, tu calor, tus saltos encima mío gritándome "¡Puchi!". Para poder parar de desear tenerte acurrucada a mi lado, pequeña y dulce, rodeándome de tu amor tierno y eterno, tu amor que me hace tanta pero tanta falta, cuya ausencia en este momento agita mi pecho con sollozos entrecortados. Te amo tanto, L, tanto, tanto, tanto. Eres maravillosa y preciosa y única y ¿cómo no me va a doler que ya no seas mía?
Descubrí que el rencor no es más que una forma de ocultar esta pena que me derrite. Porque cuando siento rabia contra ti, me dan ganas de romper los discos que me diste y regalar los peluches (los aros jamás, ya que me encantan y los sigo usando). Sin embargo, toda esa furia se detiene cuando miro la cajita que me diste para guardar nuestras cartas. ¿Te acuerdas? Esa donde dibujaste Puchibellas y Gatitas y Bultitos. Esa caja, esa bendita y maldita caja me desarma. Al "reverso" de la tapa dibujaste tu carita. Mi "Pichorojita", con sus lentes y sus cachitos. Dime, ¿te acuerdas? ¿Te acuerdas de todo lo que vivimos? ¿Marcha gay y café gay y chinos gay? ¿María-sama, cerro San Cristóbal, Bravissimo, pizzas, Cinnamon, Benedetti y Uruguay, Bellas Artes y cada endemoniado y tétrico y espantosamente bello segundo de puro amor? Si te acuerdas, entonces no me pidas que no me duela. Y no me digas que no me pides que no me duela.. Es sólo que, ¿cuánto tiempo tiene que pasar para olvidar a la mujer de tu vida? No sé. Parece que es verdad que siempre voy a acordarme de que hubo alguien que solía llamarme Puchiguso.

jueves, 16 de octubre de 2008

¿Alguien me puede decir como se pone en palabras el dolor que dobla, que sofoca?
¿Cómo escribo estas malditas lágrimas, estos malditos sollozos?
¿Qué hago con los miles de "te amo" que no dije y que se quedaron atorados en mi pecho y que ahora son un grito que no puede ser liberado?
No es que la odie, es que me destroza vivir sin ella.
Si tan sólo estuvieras aquí, para que pueda arañar tu espalda y gemir hasta quedar desfallecida y así olvidarme de esa mujer que me mata con su ausencia.
Ojalá pudiera enamorarme de ti.

lunes, 13 de octubre de 2008

Pupila de águila
(Violeta Parra)

Un pajarillo vino a posarse bajo mi arbolito,
era de noche, yo no podía ver su dibujito,
se lamentaba de que una jaula lo hizo prisionero,
que las plumillas, una por una, se las arrancaron.
Quise curarlo con mi cariño, mas el pajarillo
guardó silencio como una tumba hasta que amaneció.
Llegan los claros de un bello día, el viento sacudió
todo el ramaje de mi arbolito y allí se descubrió
que el pajarillo tenía el alma más herida que yo,
y por las grietas que le sangraban su vida se escapó,
en su garganta dolido trino llora su corazón,
le abrí mi canto y en mi vihuela lo repitió el bordón.
Ya mejoraba, ya sonreía con mi medicina,
cuando una tarde llegó una carta de su jaula antigua,
en mi arbolito brotaron flores negras y moradas
porque el correo vino a buscarlo, mis ojos lloraban.
Desaparece, me deja en prenda toda su amargura,
se lleva ufano mi flor más tierna, mi sol y mi luna.
En el momento de su partida, en mi cuello un collar
dejó olvidado, y como Aladino yo le empecé a frotar.
Pasan minutos, pasan las horas y toda una vida
por el milagro de aquella joya lo he visto regresar,
con más heridas, con más silencio y con garras largas,
sus buenos días mi piel desgarra con ácida maldad.
Ave que llega sin procedencia y no sabe dónde va
es prisionera en su propio vuelo, ave mala será,
ave maligna, siembra cizaña, bebe, calla y se va,
cierra tu puente, cierra tu canto, tira la llave al mar.
Un pajarillo vino llorando, lo quise consolar,
toqué sus ojos con mi pañuelo, pupila de águila.

lunes, 6 de octubre de 2008

Jajajajaja
Estaba casi segura de que ella ya había llegado a leer esto.
Es curiosa y no era difícil llegar hasta aquí.
Una amiga me preguntó si tenía pololo porque la vio "tomada de la mano con alguien".
Le dije que sí.
Estoy entre reírme y ponerme a llorar sonoramente.
¿Cómo es posible que, después de todo lo que me amaba, no me extrañe ni un poco? Seguramente va a decirme que sí, que sí me extraña. Entonces, ¿por qué no ha sido capaz de llamarme en estos casi cinco meses que hemos estado sin vernos?
Sólo quiero que él se decida a hacer lo que tiene que hacer y terminar con esta tontera y empezar por fin a divertirme y blablabla...
Es que a ese hombre yo le lamería los brazos sólo para poder probar el sabor de su sudor =P